Pablo Gómez, exdirigente nacional del PRD, anunció su salida del partido al considerar que se ha convertido en una “central de negocios políticos” en donde ha prevalecido el “oportunismo y la corrupción”.

Calificó como “traidores” y “espurios” a quienes actualmente encabezan al Partido de la Revolución Democrática (PRD) por entregarlo a Ricardo Anaya, exdirigente del Partido Acción Nacional (PAN) y aspirante a la Presidencia de la República.

“Se le impone al PRD abrazar a un candidato enemigo de la izquierda y al programa neoliberal de la derecha contra el cual había luchado desde su fundación. Hay una entrega del partido a una corriente política adversaria”, aseguró.

En una carta dirigida a miembros y simpatizantes perredistas, consideró que “es imposible hacer algo para evitar la caída del PRD, la cual le está conduciendo a signar el certificado de su propia desaparición política”.

Insistió en que “hoy ya nada está vigente en el partido. Sus principios, su programa y su estatuto están abrogados en la práctica. Además, quienes se ostentan como dirigentes son producto de una ilícita continuidad de sus mandatos, fenecidos desde el 5 de octubre del presente año.

Pablo Gómez, quien ha militado en la izquierda mexicana desde hace 54 años, explicó en su misiva que tomó la decisión de renunciar porque “fracasó” en su empeño “de impedir que el PRD se convirtiera, además de en una central de negocios políticos, en un partido sin objetivos nacionales, democráticos y populares, sin principios morales”.

Aseguró que la muerte del PRD no debe debilitar a la oposición, pues “la gran corriente nacional de la izquierda sigue existiendo”.

En el texto, el también fundador del partido mencionó a Andrés Manuel López Obrador, precandidato presidencial de Morena, como el único “candidato a la Presidencia de la República del amplio espectro de la izquierda popular mexicana”.

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