El actor Liam Neeson consideró que ya cumplió con su cuota histriónica de violencia en su carrera y ha decidido jubilarse de las películas de acción, aunque todavía las productoras le ofrecen jugosos contratos cinematográficos.

Pese a que comenzó a destacarse en este género bastante mayor —al caracterizar en 2008 a Bryan Mills, el agente jubilado de la CIA y de las Fuerzas Especiales en el rodaje de la primera entrega de Taken a la edad de 56 años—, logró hacerse un nombre como tipo duro.

Con ello el actor norirlandés dejó claro que abandonará las cintas de con escenas de golpes y disparos tras haber filmado The Commuter y Hard Powder, éste última se encuentra en proceso de post-producción, para volver a enfocarse en producciones dramáticas.

Así que en adelante su carrera se enfocará solo en producciones dramáticas, como Mark Felt: The Man Who Brought Down The White House, que se trata sobre el caso Watergate, la que fue estrenada en el Festival de Toronto, o Widows, dirigida por Steve McQueen.

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